Por Michelle Chaplow

Irving Penn, fotógrafo norteamericano nacido en la primavera de 1917 y fallecido en otoño de 2009, fue un artista que causó en mí una gran fascinación desde que visité el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York en 1998 y quedé cautivada por “After Dinner Games” (Juegos de sobremesa), fotografía de un bodegón compuesto por coñac, una taza de café, cartas de una baraja, un dado y unas fichas de póker realizada en Nueva York en el año 1917. Adquirí entonces la reproducción en venta en la exposición, póster con el paso de los años fue borrándose por efecto del sol español, hasta terminar por apagarse en 2009, coincidiendo con el fallecimiento de Irving.

Irving fue uno de los primeros fotógrafos en realizar retratos sobre un fondo en blanco o gris, creando retratos de una elegancia simplista y minimalista de, entre muchos otros, Pablo Picasso, Marcel Duchamp, Marlene Dietrich y W.H. Auden.

¿Ley de Vida?

En el ocaso de su vida (entre 2006 y 2009), su posición en la clasificación sufrió un lento y continuo declive. Tras su muerte, la tendencia se invirtió y tanto el interés como el valor de sus trabajos aumentaron de manera progresiva. Resulta irónico que el valor de sus creaciones menguara durante sus últimos años y que el punto de inflexión en el interés por su obra coincidiese con su desaparición, algo habitual en el mundo del arte.

Exposiciones

La obra de Irving Penn ha podido ser admirada en 56 exposiciones en Estados Unidos, 21 en Alemania y 13 en España.

¿Con quién?

En 41 de esas exposiciones compartió espacio con Richard Avedon; en 29, con Robert Mapplethorpe y el gran Henri Cartier-Bresson. Penn también expuso su obra junto a Diane Arbus y André Kertész hasta en 28 ocasiones con cada uno de ellos.

Lugares de exposición preferidos

El MoMA (Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York) ha sido la sala de exposiciones que en más ocasiones ha albergado la obra de Penn con 11, seguida de la Hamiltons Gallery de Londres, con 5.

Solo Exposiciones

46 han sido los monográficos sobre la obra de Irving Penn: la primera tuvo lugar en 1975 en el MoMA y desde entonces la media ha sido de una al año hasta 2002. Desde entonces, el ritmo de exposiciones ha aumentado a tres o cuatro al año, hasta la actualidad.

Próximas citas

Del 31 de julio al 16 de septiembre de este año, la Tate Britain de Londres albergará una exposición que tomará la ciudad de Londres como tema central y en la que estarán representados 150 fotógrafos clásicos del siglo XX, Penn entre ellos. Sus seguidores tendrán otra oportunidad de visitar una exposición monográfica el próximo verano, en la Moderna Museet Malmö, Suecia, entre el 16 de junio y el 2 de septiembre.

Atfter Dinner Games (Juegos de sobremesa)

Atfter Dinner Games (Juegos de sobremesa)

En abril de 2006, la obra “After Dinner Games” (© Penn/Condé Nast) fue vendida por la sala de subastas Christie’s por 84.000 dólares.

Actualmente, “After Dinner Games” de Irving Penn se encuentra en venta en Michael Shapiro Photographs. http://www.shapirogallery.net/

¿Invertir en la obra de Penn?

La tendencia es que su valor aumente, auspiciado por la creencia imperante de que los precios evolucionan al alza tras el fallecimiento de un artista, hecho éste que puede estar favorecido por un “empujón” de tratantes y galerías. En algunos casos, una incorrecta gestión del patrimonio de un artista tras su muerte puede deprimir el mercado, provocando una pérdida de valor de su obra debida a una mayor disponibilidad de fotografías o copias en el mercado.

Una curva más “natural”

La Curva

En el caso de Penn, el declive gradual en los años que precedieron a su muerte en 2009, así como el ligero y digno repunte producido desde entonces, resulta más “natural” en mi opinión, poniendo de manifiesto el verdadero valor del trabajo de este magnífico fotógrafo contemporáneo.

“Una buena fotografía es aquélla que transmite un hecho, llega al corazón del espectador y lo transforma tras haberla visto. Es, en una palabra, eficaz”. Irving Penn.

Inicié mi carrera como fotógrafa en 1992. Utilicé por primera vez una cámara réflex de único objetivo en 1989, un año después de haber admirado la obra de Penn. A buen seguro sus creaciones “me llegaron al corazón transformándome a mí, espectadora, tras haberla visto”.